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Veinte años que no pasan en vano.




Hoy se cumplen veinte años de mi existencia en la tierra, quizás para muchos es un hecho desapercibido, lo cual no me sorprende, pues cuántos somos los seres que habitamos en este lugar del universo, realmente no lo podría saber con exactitud, de hecho en este mismo instante cuántos nacen o cuántos mueren, es una cantidad imprecisa, pero así es la vida y, por ello, salvo a mis seres queridos, a los cuales amo en demasía, creo que nadie lo sabrá, pero sinceramente soy muy feliz al saber que a lo largo de este breve transitar terrenal, he conocido a personas tan maravillosas, que sin lugar a dudas me han marcado, ante las que sé que no me alcanzará el tiempo para agradecérselo, sin embargo, haré lo posible para que cada minuto que me quede de ella, pueda transmitir e irradiar, bellos sentimientos y felicidad.

Por otra parte, tampoco soy nadie para definir qué es la vida, pero he ido aprendiendo con el tiempo, en ciertas circunstancias he resultado muy idealista, a veces espero mucho de las personas y en ocasiones me he equivocado, sé que todos cometemos errores, aunque algunos lo hacen notar más que otros, pero efectivamente es así. Por otro lado, como dice uno de mis mejores amigos, que sé me acompañará hasta el final de ésta, ya que hace mucho tiempo llegué a la conclusión –creyendo en las vidas pasadas- de que existen personas especiales, con almas únicas y que en el fondo son como ángeles, pero los solemos llamar amigos, en fin como me señaló él, actualmente he llegado probablemente a la cuarta parte de mi vida, siempre y cuando ésta no me depare algún acaecimiento que termine previamente con ella. Sé que suena trágico y fatalista, mi forma de pensar generalmente es muy positiva, sin embargo, la vida es efímera y eso nadie lo niega, lo que me lleva a recordar a un maestro que tuve el año pasado, quien decía lo siguiente: -un cumpleaños es un año menos de vida.- No obstante, si bien nos vamos acercando a la muerte, creo al mismo tiempo, que ganamos energía.

Justificar lo antes dicho no es simple, pero intentaré esbozarlo, aunque es una visión personal y conforme a ella creo, que pese a que cada día que pasa estamos más cerca de la muerte, pese a que ésta puede llegar al día siguiente o en cien años, continuamente vamos ganando en experiencias, en conocimiento, en momentos junto a otras personas, de quienes aprendemos y vivimos juntos, en los innumerables caminos de aquello que llamamos vida. A ratos aquellos que conocimos después se separan de nosotros, en otras ocasiones regresan, lo que es uno de los hechos inexplicables de ésta, ya que no sabemos a ciencia cierta qué nos pasará mañana o a quién conoceremos y qué viviremos con aquella/as personas, pero lo único que puedo recomendar y que procuraré vivir en mayor cabalidad, es que disfrutemos sea cual sea la senda que escojamos, al lado de aquéllos que comparten sus vidas con nosotros.

Finalmente, este día lo veo como uno de esperanza, pues me encuentro sumamente agradecido por aquellos momentos únicos e irrepetibles, por el hecho de que ya sea por azar o porque un ser superior, llámese dios o no -según la opinión de cada uno- aún sigo con vida y puedo compartir, aportar, enseñar y aprender de otros corazones, almas, que aunque discrepemos comúnmente en ciertas opiniones y poseamos visiones distintas –lo anterior lo encuentro interesante, pues sin aquella diversidad, la vida no tendría mucho sentido- logramos sin exasperarnos, de manera concienzuda llegar a acuerdos y permanecer en armonía, respetando la libertad y libre albedrío que cada cual posee.

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