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Santiago hoy me parece una cohesión sistemático-lingüística-social.




Hoy al caminar por Santiago y tras leer algunos artículos literarios críticos, pensaba en las múltiples conexiones que se me han generado para comprender los aspectos multifacéticos de la vida, desde entender el tejido social, a nivel teórico-abstracto, sus diversas capas sociales y sí, pese a que estamos en el siglo XXI, es como si estuviésemos en la Edad Media, pues aún pre-existen estratificaciones sociales, que las más de las veces se difuminan en sectores y lugares tales como las micros, los paraderos de éstas, ya que ahí se confunden modos de hablar, de vestir, de comportamiento y costumbres y sin lugar a dudas nos quedamos en aquel variado entramado y hasta vario pinto diría yo, donde confluyen los más variados y policromáticos contextos y condiciones socio-culturales. Sin embargo, empiezo a comprender y descifrar los tipos y comunidades sociales y de hablantes de igual modo, por ejemplo. Es decir, pienso en los grupos de teóricos, donde lo que hacen –ociosamente, pues al parecer tienen y tenemos mucho tiempo disponible para pensar- es precisamente reunirse a escuchar sus teorías, sus planteamientos y posturas como una suerte de evasión de la realidad actual, puesto que si bien hasta cierto punto al ser la masa pensante y ser muy conscientes de lo que observan, fundamentalmente se cierran en un círculo a escucharse. Por otro lado, otros grupos humanos, ya sean flaites hasta abogados, se auto-designan como tales o se piensan o los adscriben como tales, al estar y encontrarse entre sus pares, se reconocen entre ellos y hasta cierto modo se valorizan a sí mismos y, claramente, lo que para un grupo adquiere un amplio valor, para los otros no es tan así, por ejemplo, para los teóricos prima y se asientan sus bases en la inteligencia y el conocimiento, mientras que para los flaites, su fundamentación para comprenderse mutuamente se encuentra simple y llanamente en la manera de proceder hasta de hablar.

            Otras características heteróclito-sociales que percibí hoy fueron el estrés citadino, que hace tiempo me viene rondando un análisis al respecto, ya que es una de las principales causas del malestar social generalizado que actualmente existe y pervive, que les quita una abundancia extremada de tiempo a las personas y que por ello a veces no poseen suficiente tiempo para reflexionar, compartir, entre otros, que básicamente se traduce en las problemáticas contemporáneas de nuestro siglo, una enajenación social, separación y desligue a su vez, en fin, la sociedad en estos momentos me parece un caos, que, no obstante, pareciese tener una cohesión sistemática-lingüística-social, en lo que probablemente trabaje en una próxima reflexión.

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