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Los orígenes y causas de la homosexualidad; ¿El homosexual nace o se hace?





Prólogo

A lo largo de la vida del ser humano, éste se ha definido en la sociedad como un ser de condición heterosexual, vale decir, que sienten un atractivo físico, emocional o sexual por el sexo opuesto. Recordemos que en la sexualidad humana, tanto biológica como psicológica, podemos apreciar dos matices, sexo femenino y sexo masculino. Cada uno cuenta con diferencias, capacidades y condiciones que se diferencian del otro. Pero ¿qué pasa cuando esta clasificación es alterada y surge una tercera designación? ¿Un tercer sexo por así decirlo? ¿Acaso la sociedad está dispuesta y en cierto modo, preparada para aceptar a esta nueva clase de género humano?

La homosexualidad es un tema que ha sufrido una expansión increíble en este último tiempo, posiblemente para un país desarrollado, cuyo ambiente es más evolucionado y moderno, como es el caso de Alemania e Inglaterra, sea común ver a dos hombres de la mano, a dos mujeres besándose en el parque, o a una pareja homosexual formando una familia. Sin embargo, para nuestra realidad nacional esto no tiene cabida, Chile es una país en vías de desarrollo, donde todavía no es aceptada esta tendencia, siendo algo completamente ajeno e inmoral, hasta tal punto que las madres no permiten que sus hijos vean un acto homosexual, tachándolo, de “contagioso” en muchas ocasiones y aislando a sus niños sin dejarlos ver la realidad que posiblemente en cosa de años se masifique completamente en nuestro país.

            Es por ello que es fundamental que erradiquemos de una vez por todas esa mentalidad arcaica y conservadora, que la discriminación sea parte del pasado y que se respete en una condición de dignidad, al género humano. Desde esta perspectiva, es preciso destacar un término que es clave, la discriminación, con ello se entiende “Separar, distinguir o diferenciar un caso de otro”[1]. Este tipo de segregación se da en los distintos tipos de sociedades, ya sea con grupos étnicos, posiciones sociales o con las minorías sexuales, tema que profundizaremos en el desarrollo de nuestra investigación.

Para comprender de mejor modo este monográfico, es necesario que partamos por la base de qué es lo que es ser homosexual, algunos dirán que es la categoría que se les pone a las personas que sienten atracción por alguien del mismo sexo. No obstante, la homosexualidad es un tema muy amplio y complejo, basándose más que en la simple “atracción”. Aún no se define si la homosexualidad es un estado, pero esto ha conllevado a plantearnos la siguiente premisa; ¿El homosexual nace o se hace? Existen diferentes posturas, una de ellas nos otorga una explicación biológica; señalando que su origen radicaría en los genes, esto ligado a la teoría de la evolución planteada por Darwin; si fuera así, la homosexualidad sería un destino inevitable para el sujeto. O tal vez sea un simple y esporádico impulso en un momento de sexualidad dudosa del individuo. Por lo demás, no es la única forma de explicar esta conducta, también encontramos teorías cuyas causas se vinculan con un desequilibrio a nivel hormonal y otras, tales como aprendizaje conductual, cultural, social y hasta emocional. Es así, dada la amplia gama de posibles patrones que explican este comportamiento, que no se ha logrado llegar a un consenso, pero al menos si la conclusión final fuera la segunda alternativa: que un ser humano se puede volver homosexual a partir de experiencias traumáticas o de inconformidad con su cuerpo, por ejemplo, entramos en un campo con más esperanza que en la opción anterior.

En síntesis, nuestra hipótesis formula que el origen de la homosexualidad se debe a múltiples factores, es por ello que planteamos que las teorías existentes, no deben ser excluyentes, sino por el contrario, complementarias, formulando un modelo de interacción donde se conjuguen los factores biológicos, psicológicos y psicosociales. Finalmente, antes de configurar el desarrollo de nuestro trabajo, es preciso acentuar nuestro objetivo en la siguiente reflexión; “A medida que van surgiendo teorías que avalen este comportamiento, la sociedad irá cambiando su arraigado modo de pensar, hasta tal punto que nos encontraremos en el camino de la aceptación, integridad y valoración de individuos sin importar su condición sexual”.
¿El homosexual nace o se hace?

En primera instancia, para dar inicio a nuestro estudio sobre el origen y causas de la homosexualidad y en la línea de comprender este comportamiento en base a los diversos factores que influyen en él, será fundamental referirnos a sus causantes a lo largo del ciclo vital, subdividiéndolo en tres etapas, comenzando por la infancia, continuando con el período de transición a la adolescencia, hasta culminar con la consolidación de la adultez y los prejuicios a los que se ven enfrentados los homosexuales en este período. Para así determinar a su vez, cuáles factores y en qué medida influyen en el comportamiento sexual en cada etapa del desarrollo humano. Sin embargo, por la heterogeneidad de teorías existentes, a partir de una visión crítica, iremos refutando y aclarando cuáles nos parecen más pertinentes para entender esta conducta.

En la misma línea del planteamiento anterior, comenzaremos remitiéndonos a una de las etapas de mayor trascendencia en el posterior desarrollo de una conducta sexual, con ello nos referimos a la infancia y aquí es preciso enfocarnos en un tema central, “la orientación del deseo”; es aquí cuando aparece por primera vez el instinto del placer y el deseo en el infante, ya sea a nivel fisiológico como emocional, pero que no será hasta la etapa de la pre-adolescencia, donde este instinto repercutirá en mayor grado, debido a su desarrollo y conciencia sobre él.

En esta primera etapa del crecimiento, se distinguen tres fases del deseo, según la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, la primera es la fase oral, en ella el infante intenta satisfacer sus deseos e instintos básicos, tales como la alimentación, a través de la boca y el contacto con el pecho materno, que según Freud, más allá de tener un fin nutritivo, posee como finalidad la satisfacción del deseo, mediante un mecanismo de autoerotismo[2], el cual se produce en el contacto pecho-boca. La segunda etapa de este proceso es la anal, donde la limpieza y el orden, incidirán en la vida del sujeto de aquí en adelante; sobre todo la limpieza, debido a que es en este sentido que la madre en el acto de limpiar al niño de las respectivas necesidades que produce, erogenizará la zona anal; con la que el sujeto buscará satisfacción autoerótica mediante la expulsión y retención de heces. Lo que puede tener serias repercusiones en la búsqueda de satisfacción del deseo a lo largo de la vida del individuo, tanto así que se ha llegado a plantear como unas de las bases del comportamiento homosexual, sin embargo, nos parece que no es factor suficiente para designar un comportamiento al cual como posible causal, el individuo se inclinará mucho tiempo después.

La última fase de la orientación del deseo en el infante, es la fálica, teniendo por objeto pulsional al falo, donde comúnmente las zonas genitales se erogenizan vía limpieza, contacto con el aire o ropa. En esta fase el niño efectúa su primera elección de objeto basada en una corriente sensual, que por la inaplicabilidad de los genitales por su desarrollo, esta primera aproximación a su objeto, será incursionando constantemente, pero hasta no alcanzar un mayor desarrollo, podrá percatarse del origen de sus órganos genitales y su respectiva función. No obstante, el ámbito primordial de esta etapa, no es precisamente el reconocimiento de sus órganos sexuales, sino lo que se conoce como complejo de Edipo[3], en cuanto a éste, cuando sucede de forma normal o como tipificadamente estamos acostumbrados, es cuando el hijo, siente atracción por el padre del sexo opuesto, pero cuando esto no ocurre, estamos en presencia del complejo de Edipo inverso, donde el niño internaliza las características de la madre como parte dominante de sí mismo, lo que consideramos será decisivo para un posterior comportamiento homosexual en la relación de pareja, ya sea durante la adolescencia o adultez.

Por otro lado, en contraste con la teoría psicoanalítica, muchos autores le otorgan mayor peso a la teoría etiológica [4]con respecto a la homosexualidad, en términos de patrón de comportamiento aprendido; afirmando que durante el proceso de socialización, los tipos adecuados de roles sexuales son significativos en la determinación de un posible desarrollo homosexual. Al dar nombres, juguetes, ropa y al reforzarles el género masculino y femenino se estaría inhibiendo la conducta homosexual, sin embargo, sin los refuerzos la probabilidad de presentar esta patología aumentaría. Ante lo cual estamos absolutamente en contra, ya que a través de los estudios y teorías que hemos revisado, no podemos menos que creer que la homosexualidad se puede deber a múltiples factores, pero en ningún caso puede ser denominado como patología o enfermedad, por lo demás, si bien la sociedad juega un papel fundamental en cuanto a la manifestación de esta conducta, no por ello se puede evitar, ya que constituye parte de la formación del individuo, es un proceso que involucra diversas áreas de su desarrollo, que no puede ser inhibida con la mera imposición de parámetros y convenciones sociales.

A continuación, tras haber examinado las principales teorías de la primera etapa del ciclo vital y sus implicancias, procederemos al análisis de raíz del cuestionamiento sobre identidad sexual. Es preciso señalar, que en cuanto a la literatura sobre la búsqueda de la identidad, ésta es muy amplia, encontrando así, por ejemplo, lo señalado por Erick H. Erikson, definida como la “auto-percepción, sobre la cual basamos nuestra conducta o la confianza en la propia continuidad interna en medio del cambio”. Ésta se refiere a que existiría una continuidad del pasado, presente y futuro del sujeto, que pese a los cambios en factores tales como la confianza, la autonomía, iniciativa y elección del individuo, se mantendría cierta tendencia en su personalidad, la cual de uno u otro modo, permanecería invariable, aun cuando se produzcan ciertos cambios dentro de un contexto de crecimiento. Sin embargo, esta postura nos parece demasiado ortodoxa, puesto que creemos que un individuo sí manifiesta cambios sustanciales a lo largo de su desarrollo y que éstos sí pueden modificar su personalidad, razón por la cual intentaremos demostrar cómo una persona a lo largo de su vida puede manifestar rotundas transformaciones.

A partir de lo precedente, hemos seleccionado para la comprobación de nuestra hipótesis, dos teorías, la psicoanalítica[5] y la psicosociológica[6]. Para entender ambos planteamientos es menester comprender cuándo comienza a conformarse nuestra identidad, es así que desde hace muchos años se le ha dado gran cabida a la infancia, teniendo esta etapa significativas implicaciones en cuanto al ulterior desarrollo individual, catalogando incluso que los cambios producidos en ésta son irreversibles, por el contrario, nosotros creemos que si bien esta fase del desarrollo humano es de crucial relevancia, no es la única y, por lo demás, la adolescencia constituiría el período más importante de la vida en cuanto a la constitución de la personalidad. Avalamos este planteamiento desde una óptica psicoanalítica, ya que es en la adolescencia donde se produce el mayor desarrollo psicosexual del individuo, donde a su vez subyacen los cambios de comportamiento y patrones emocionales propios de la transición infante-adultez.

Cabe destacar que constituyen parte esencial de estos cambios a nivel psicosexual, la búsqueda del objeto amoroso, el cual se encuentra fuera del ambiente familiar, rompiendo de este modo los lazos parentales y, en  consecuencia, el adolescente tiende a alienarse del hogar, en busca de su realización personal, independencia e identidad sexual, surgiendo así los problemas de adaptación al medio, es aquí cuando la teoría psicosociológica nos otorga una explicación de este proceso externo, que a su vez surge de una interiorización inconsciente. La psicosociología señala que al proceso de adaptación, vienen aparejados los papeles o roles que la sociedad espera que el adolescente en su condición de hombre o mujer desempeñe, lo que por tanto, está dado por convenciones y en caso que el individuo se comporte de un modo diferente, se lo trata como inadaptado social y, por consiguiente, la tendencia deriva en discriminación, ya sea por sus pares como por la sociedad en sí.

Desde otra perspectiva, la teoría conductual aúna los criterios psicoanalíticos y psicosociales,  poniendo énfasis tanto en la experiencia como en los pensamientos y deseos sexuales en la etapa de la adolescencia. Es así que las primeras experiencias sexuales pueden encauzar la inclinación por un género determinado, dependiendo de cuán placenteras o desagradables hayan resultado, pero este planteamiento, si bien coexiste en una lógica plausible, no basta para afirmar de un modo irrefutable que el sujeto será o no de inclinación homosexual; por cuanto creemos que sería más preciso decir que ésta es un patrón de conducta aprendido, donde subyace la posibilidad de modificación o cambio.

            A continuación, para explicar de mejor modo la óptica que como grupo tenemos sobre el tema, formularemos preguntas que tanto en el desarrollo de nuestro trabajo nos surgieron, como también la sociedad tiende a plantearse.


¿Qué es lo que hace que las personas se vuelquen a una condición homosexual?

Como vimos anteriormente, pueden ser factores de diversa índole, ya sean sociales, por ejemplo, un hombre que está en constante y única, relación con mujeres. Obviamente este ambiente influirá en el desarrollo de dicho hombre llegando quizás hasta el borde que el sexo femenino dominante en ese ejemplo logre impregnar al sexo masculino, traspasándole tanto tendencias, comportamientos e inclusive, hasta gustos. Un factor que puede afectar la línea sexual que opte el individuo también puede ser en un ámbito netamente personal, que puede variar en la excesiva atención dedicada al mismo sexo, o el desinterés del sexo contrario.

Desde otro punto de vista, puede tener un carácter evolutivo, producido específicamente en el ámbito familiar, donde un factor determinante es la ausencia de uno de los padres, esto afectará en mayor o menor grado dependiendo de la compensación afectiva que el menor reciba y, de las fortalezas emocionales y genéticas que éste tenga. Aunque sin duda alguna esto afectará en algún ámbito de su vida.  Aquí se vuelve necesario mencionar que la inclinación homosexual puede empezar a temprana edad como es el caso de la niñez, donde el niño, en el medio familiar, carece de la presencia de un padre o una madre (tanto psicológica como física) como patrón a seguir. También depende de la seguridad que va adquiriendo un individuo en la aceptación de su género, empieza por la identificación que éste tenga con su madre en el caso de la mujer y su padre en el caso del hombre, además de la imitación que tiende a repetir a través de la observación del comportamiento de sus padres, teniendo en cuenta que el aprendizaje más efectivo es por imitación.

Por otro lado, aún persiste el estereotipo social basado en que todo tipo de abuso, psicológicamente como físicamente, es un causante que influye en la conducta sexual del menor. Sin embargo, estudios científicos han demostrado que en situaciones dramáticas como éstas, si bien afectan de sobremanera al individuo, no necesariamente recaerá en una conducta homosexual, lo que depende también de si ha sido sometido a terapia o tratamiento. Cabe señalar, que un tipo de abuso infantil es la negligencia, ésta se presenta cuando el niño no recibe la atención necesaria, no es tomado en cuenta o es abandonado. Mediante esto se crea una situación en la que el infante está desprotegido, provocando un conocimiento errado de la realidad.


Por otra parte, en la pre-adolescencia, comienzan los cambios físicos en los que los órganos sexuales comienzan a ser funcionales y el cuerpo experimenta una serie de cambios que no siempre van de la mano con la madurez psicológica del menor. Por lo que va descubriendo nuevas sensaciones, que satisfacen sus necesidades sexuales sin saber ni medir sus consecuencias. Esto, junto a lo vivido en la infancia, desencadenará conductas “anormales” en el menor, con respecto a lo que la sociedad actual nos impone. Una de las búsquedas de nuevas sensaciones pueden ser los encuentros homosexuales. Este comportamiento no es aceptado socialmente, siendo incomprendido. El apoyo y comprensión de gente homosexual son captadas por el joven como el auxilio que nadie le había brindado, sintiendo una repulsión por la sociedad en general y fortalecerá sus encuentros homosexuales.


¿En qué momento de la vida del ser humano se marca este paso de la condición heterosexual a una condición homosexual?

Es complejo delimitar en qué punto se produce este cambio, puesto que como hemos visto, los factores determinantes, acontecen en las distintas etapas del desarrollo, además no necesariamente se produce una transformación, ya que en muchas oportunidades deviene de un patrón biológico, aun así los estudios apuntan que en la generalidad de los casos, la etapa en la que el individuo se percata de su género y está en condiciones para asumirla, es durante la pre-adolescencia. Al principio de ésta, es todavía un individuo homosexual donde rechaza a los que son del sexo opuesto y obtiene mayores satisfacciones con miembros de su mismo sexo. Por otra parte, el adolescente en su proceso de búsqueda, encuentra formas que demuestren su heterosexualidad, las que consisten en la selección de alguien del mismo sexo a quien expresar los sentimientos asociados a la heterosexualidad. Estas amistades intensas en ciertas ocasiones molestan a los padres y a veces sucede que son homosexuales en realidad. Los padres perciben esto e intentan oponerse, aunque sin atreverse a expresar sus temores, por el contrario, lo que consiguen al contraponerse ante estas relaciones, es que los adolescentes fortalezcan su vínculo.

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¿En todos los seres humanos se manifiesta un cambio común?

Esta interrogante está íntimamente relacionada con la anterior y para contestarla es preciso entender que la homosexualidad es un proceso absolutamente “normal”,  pero en ocasiones aparecen una serie de trabas, ya sea culturales o de otra índole, para establecerla.

Analizando lo que la sociedad considera normal, es decir, la heterosexualidad, es preciso señalar que a menudo el desarrollo de ésta se ve obstaculizado porque los adultos apresuran experiencias heterosexuales cuando a veces los pre-adolescentes no están preparados para esto, por lo que se sienten confusos y frustrados. También vemos la importancia que, generalmente la sociedad u otros, le dan a la popularidad, haciendo que muchas veces los jóvenes actúen de una manera que no son y donde no se sienten cómodos, además haciendo que se desarrollen en ambientes no gratos para ellos, impidiéndoles expresarse con naturalidad y negándoles el derecho a crecer y actuar de acuerdo a sus sentimientos, por lo que, al igual que en el caso anterior, se frustran y confunden, sintiendo hostilidad, entre otras cosas.
Otro obstáculo es la visión que le damos al sexo; hoy en día se sigue pensando, aunque en menor grado, que es algo sucio, equivocado y degradante. Se les dice a los hombres que traten a las mujeres igual que a sus madres o hermanas. Dichos pensamientos y acciones hacen que no se produzca un desarrollo adecuado en la evolución de actitudes heterosexuales, que indudablemente existen en todo adolescente “normal”. Y por otro lado, a las mujeres se les dice que los hombres son depravados, inclusive muchos padres actúan de forma violenta haciendo sentir inseguros, respecto del otro sexo a sus hijos.


Finalmente queremos enfocar nuestra atención en un tema central, los prejuicios sociales a los que están sometidos los homosexuales en la sociedad “moderna”; el trato que se les brinda en nuestra sociedad ha hecho que se torne un tema preocupante en nuestra investigación, puesto que se les denigra como personas, anteponiendo prejuicios a la hora de obtener un trabajo o de sencillamente manifestar sus preferencias abiertamente. Lo anterior, es una conducta social que se ha propagado por lo más diversos sistemas de socialización, desde establecimientos educacionales hasta el hogar, donde se enseña a los niños, desde temprana edad a repudiar todo tipo de acto homosexual. En otro ámbito, pero superior en censura, la iglesia también se encarga de aquello, castigando y declarando como “anormal”  la homosexualidad.

Como si lo anterior fuese insuficiente, ¿Qué ocurriría si un homosexual se encontrara entre nosotros?, como cabría esperar, la conducta en contra de éstos, no dejaría de ser deleznable, ya que se los reniega, se los reprime, se los declara enfermos, pervertidos, se los aleja de los niños y en el caso de que un adolescente o incluso un niño comience a tener deseos homosexuales,  se los envía al psicólogo o lo derivan al  psiquiatra,  para “normalizar sus deseos”. El adolescente  que siente ser homosexual, se  declara diferente a los demás como consecuencia de su deseo; pero en ningún momento le han dado las herramientas para afrontar su sexualidad, si no por el contrario, se le ha enseñado a castigarla y a considerarla anormal.

La Sociedad actual está  fuertemente ligada a la figura de la iglesia y a los parámetros de comportamiento  sexual que ésta  impone; sólo pueden formar parejas hombres y mujeres. En ciertos aspectos la iglesia dá herramientas para que  la homofobia se masifique; dentro de sus doctrinas la homosexualidad es totalmente anormal y atenta contra  el sacramento del matrimonio instituido en pasajes bíblicos. Una persona que actúa de una manera homosexual obra inmoralmente. Los comentarios  que emiten las iglesias cristianas frente a la homosexualidad son en su mayoría perjudiciales para quienes poseen esta tendencia, haciendo que laicos  y el mismo  entorno de ellos vea con una mirada castigadora  a todo  miembro de este grupo; finalmente el homosexual además de verse reprimido, debe muchas veces mentir a la hora de buscar un trabajo escondiendo sus inclinaciones, en su mayoría vivir en soltería, otras incluso optando por el sacerdocio.

Nuestro país aún no está preparado para abrir las puertas al desarrollo y consigo a lo que significa aceptar completamente  al mundo homosexual, sin discriminar, sin asco, sin miedo. Hoy en día son muchos quienes deben vivir reprimiéndose y esperando algún día poder manifestarse  sin temor al rechazo de una sociedad en constante cambio. Probablemente  la homosexualidad se integre a nuestra realidad  y sea  asumida tanto por quienes son parte de aquel mundo como para quienes conviven con ellos, no obstante, para aquello  nuestras mentes deben  adaptarse a lo que será este nuevo mundo, lo cual  tardará unos cuantos años más de “trabajo”.

Concluyendo, las pretensiones de este proyecto eran otorgar una visión crítica sobre la realidad ante la cual los homosexuales deben enfrentarse y por otro, comprobar que no es una patología, sino más bien un tipo de comportamiento normal, que ha sido malogrado por la sociedad, ante lo cual aún queda mucho por hacer, por ello creemos que esta investigación puede ser de gran utilidad para quien requiera información sobre este tema, pero ante todo, procuramos brindar esperanzas a quienes se ven enfrascados en las animadversiones de quienes lo rodean. Finalmente, nuestra hipótesis sobre si el homosexual nace o se hace, ante lo cual  recurrimos a variadas teorías, ha culminado en un enfoque integral, donde éstas se conjugan, ya que la conducta homosexual es tan heterogénea, que no existe un homosexual igual a otro, pero sí son iguales en dignidad.



Cibergrafía               

La búsqueda de la Identidad.


Etapas de la personalidad

Fases de la Sexualidad (Sigmund Freud)
Bioética y etiología de la homosexualidad
Homosexuales edípicos y no edípicos
Bibliografía                          

Adolescencia, años de transición. (J. Roy Hopkins)


Psicología de la adolescencia (J.C. Coleman)

Comprensión del Desarrollo humano. (Howard Lane y Mary Beauchamp)
 

Capítulo 13: El adolescente joven adulto. La tarea evolutiva de los adolescentes; desarrollo de la heterosexualidad.
 

Diccionario Ilustrado de la Lengua Española, Sopena.


[1] Diccionario Ilustrado de la Lengua Española, Sopena, Santiago-Chile, Edición 2003, p 276.
[2] “La fuente y el fin pulsional se encuentran en el mismo objeto”.

[3] En el psicoanálisis freudiano, el complejo de Edipo se refiere al conflicto emocional que se da en la infancia de todo ser humano de sexo masculino o femenino cuando, por un lado, se siente una atracción sexual inconsciente por la madre (en el caso de los hombres) y por el padre (en el caso de las mujeres; en este caso es nombrado como Complejo de Electra, por el otro, simultáneamente, se percibe también un sentimiento de odio inconsciente hacia el padre o hacia la madre, dependiendo el caso.
[4] La etiología es el estudio de las patologías, a través de las diferentes causas que la producen.

[5] “El enfoque psicoanalítico de la adolescencia adopta, como punto de partida, el brote de las pulsiones que se dice tiene lugar como resultado de la pubertad. Se afirma que este aumento de la vida pulsional altera el equilibrio psíquico alcanzando a finales de la infancia, ocasionando una conmoción emocional interna, dando lugar  a una vulnerabilidad de la personalidad”. (Psicología de la adolescencia, J.C. Coleman, página 19).

[6] “Esta teoría considera que las causas de la transición adolescente residen de manera primordial en el entorno social del individuo y centra su atención en la naturaleza de los roles y el conflicto entre los mismos, en las presiones ejercidas por la expectativa social y en la relativa influencia de los diferentes agentes de socialización”. (Psicología de la adolescencia, J.C. Coleman, página 19).

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