Estaba durmiendo en lo que aparentaba ser una noche sin mayor rareza, hasta que me vi en la necesidad de abrir súbitamente los ojos. En medio de la oscuridad de mi habitación vi cómo se formaba en la repisa de mis libros con una luz a su alrededor, el rostro de cristo, proyectado de manera circular entre mis libros. El asombro dio paso al miedo y grité despavorido. Nadie oyó mi grito, se perdió como eco en el silencio. Desperté asustado y no fue hasta que prendí la luz de mi habitación que aquella silueta se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos tal como se presentó. Pensé en terror nocturno, por buscar una explicación, sin embargo, desde ese momento comencé a creer en la omnipresencia de Cristo. 23 febrero 2018.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.