En primera instancia, no se puede iniciar este estudio comparativo referido y sustentado en las obras de Borges y Onetti, El Jardín de senderos que se bifurcan y El Pozo respectivamente, sin dar cuenta de la problemática inicial que se encuentra en ambos, ante todo una visión fundada en la existencia y el tiempo, las que están inexorablemente interrelacionadas, procedo a citar cuál es la concepción que poseía Borges en relación al tiempo y cómo éste configura a su vez el espacio en su obra: “Vinculada con estas ideas, aparece, naturalmente, la concepción cíclica del tiempo, uno de los rasgos más característicos del pensamiento y la obra de este autor y también uno de sus pilares fundamentales”, [1] Cabe considerar que el tiempo no lo concibe tal como lo planteaba Góngora, sino que lo aprecia más bien desde una perspectiva filosófica, por no decir, estrictamente metafísica, para ello Borges se basará en un filósofo trascendental para la historia de la humanidad, me refi
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.