Olvidar no es dejar de sentir, ni amar No es el eclipse de la memoria, ni el fin de los sueños Es la muerte en vida, es la detención de tus latidos La esquizofrenia de vivir el mismo día mil veces Y no recordar el sol del amanecer La sonora lluvia del atardecer Y la luna naciente del anochecer. Olvidar es ponerle una persiana a tus ojos Es estancarse en los límites del tiempo Es caer en la fragilidad del silencio Es ser un hombre autómata Que no vive los miedos del pasado Y la incertidumbre del futuro Es la felicidad pura, el sinsentido de la vida. Olvidar es no disfrutar los momentos vividos Es ser una mujer sin caminos ni ideales Es ser un insensible hombre desapasionado El olvido… el olvido… El olvido eres tú.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.