Eres el silencio que habita en mí. Lugares que hablan son las voces de la consciencia infinita El terciopelo de verdes prados son mi alegría matutina La inspiración exhala versos, poemas y diatribas del corazón La bullente y furiosa sangre de mi placentera existencia es porfía de amor Amé tu belleza cotidiana como tostadas crujientes de tu piel sureña La devoro, la hago mía, la acaricio y el paladar degusta su sabor etéreo Ahí estás tú en tu habitación, en ese espacio que te habita Arranca, corre, vuela, sé libre y sutil con las alas al viento Olvídate de esos amores del pasado, son solo la apócrifa sentencia de soledad En tus raíces encuentro la voz, en tus profundidades más oscuras me estremezco Remece mi humanidad, evapórame con besos de pasiones equinocciales Abre las puertas de la afrodisiaca carne de tu virginal primavera Mujer, deseo es tu corporeidad paradisiaca, lujuria mi pecado capital Los mares se desbordan en tu pr
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.