Caminé a la deriva aquella noche, plazas desoladas de amantes afectos, lo inconcluso se hizo carne en promesas de amores que no volverán. Pensaba en la tarde que habíamos compartido, en los planes futuros, en los viajes a ciudades en los que nuestros ojos se posarían como en una postal en sepia. Te amaba, pero lo nuestro era imposible, la decisión ya había sido tomada. Me senté en el banco en el que tu mano se había entrelazado con mis dedos y centré mi mente en aquel preciso instante de un recuerdo fugaz en que te robé un beso. La pasión que inundó el éxtasis de mi cuerpo electrizaba los latidos de mi corazón, palpitaba a mil por hora, te deseaba mientras mis manos tocaban lo prohibido, aquello era nuestro mayor secreto. En una ensoñación me dormí y mis ojos se entreabrieron con los rayos del sol. Vi mi reloj de soslayo, las 6:30 de la madrugada. Estaba nuevamente en mi cama, aquella en la que compartimos tantos encuentros furtivos. Solo recordaba qu
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.