A borbotones la lluvia desciende silenciosa, nostálgica En el umbral luminoso de mi ventana, sombras Arrebozada una sonrisa clarea en la infinidad de la mañana Despierta fugaz a los durmientes recubiertos de frágiles mantos Juego con las palabras o quizás ellas juegan conmigo Sinsentidos absurdos de la muerte hecha carne. Encontrar al universo, hacerlo nada, vivir en el poema Soy su mediador ante el mundo y sus naderías Naderías que buscan decirlo todo, aspiran al olvido Ríos caudalosos fluyen, desembocan al abismo En cascada caen como ecos del pensamiento Escriben versos, testimonio ausente de misericordia. La vida es efímera, ¡vivamos!, ¡experimentemos! Creemos poesía como único acto de amor, instantes Vanidad, incierta esperanza. La muerte es la única certeza Crear mundos posibles, morir en el intento Palabras al vuelo son pronunciadas, se desvanecen Se saben moribundas, incomprendidas yacen e
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.