Estoy en una estación de metro de Santiago, no pretendo escribir una historia difícil, sino que al contrario, sólo basarme en hechos, veo a la gente, pero no pretendo criticarlas, más bien quisiera ayudarlas. Cada persona tiene su propia vida y su propio mundo, pero lo que más me causa tristeza son las desigualdades, la carencia de educación, que las personas se pasen a llevar unas a otras, la intolerancia, la falta de respeto. En fin, son muchas las contrariedades que tengo, inclusive pienso para qué sirve estudiar tanto, si la gente no posee casi nada de cultura. Yo, por ejemplo, hago clases por amor al arte y a veces quienes me rodean, ni si quiera me valoran. Por otro lado, pienso en varias personas de mi edad, que lo único que quieren es carretear y lo más sorprendente es que aun siendo personas de filosofía y letras, no hacen nada para cambiarse a ellos mismos y aportar en su entorno. Me da mucha pena todo cuanto veo, sé que no se puede hacer nada por el mundo y
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.