Canto al egregio pensamiento Canto al egregio pensamiento, al arte de pensar con voluntad propia A quién busca la verdad absoluta, sin quedarse con medias verdades Ni con falsas voluntades, expectativas y sueños cobardes Al que tiene vida propia y no se deja conducir por la masa A quién piensa por su ávida cuenta y, en cambio sigue sólo una trayectoria Canto al que se mira en su propio espejo, refleja su rostro y se presiente en él Al que ama sin mirar remordimientos, al que es libre de pensamiento Al de energía inequívoca, al que su razón aqueja y vuela a diestra y siniestra El que mueve a otros, porque es capaz de moverse a sí mismo Al que ama a su madre y la vuelve su razón de existir Al que prefiere un poema y una rosa, en vez de una amenaza Al que es capaz de enamorar con sus palabras Es el único Canto al egregio pensamiento
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.