Voces en juicio. Bath County, Virginia. 1 de febrero. Te estamos observando. Hazlo. No te resistas, te estamos observando. No la dejes sola. Mira, ahí está jugando con sus muñecas. No la dejes sola. Tómala. Te estamos observando. Llévala a la cocina. Que no se resista. Estará mejor, hazlo. Parece una muñeca, córtale la cabeza. Las muñecas decapitadas ruedan por la habitación a los pies de la niña. 2 de febrero. La niña llora. No la soporto. Me desespera, sus gritos, ¡qué horror! Mocosa llorona, igual que su hermano. Está en el patio, aprovecha, hazlo ahora. No, no puedo, es mi hija. Hazlo, sino ya verás lo que pasará. No, no quiero, es pequeña aún, no me la quitarán. Hazlo, ella estará mejor sin ti. 3 de febrero. No quería, ellos me obligaron. No pude resistirme. La niña llora. Su sangre recorre su brazo. Diré que fue un accidente, que se cayó jugando, sí, se cayó, la niña malcriada. La niña me mira asustada, se aleja de mí, grita. La acallo, la encierro en el cuarto
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.