En primer lugar al esbozar un itinerario teórico y generacional en lo que respecta a lo que comprendemos como literatura, sabemos de antemano que es un tema vasto y complejo, más aún cuando nos enmarcamos en el ámbito de la Literatura Hispanoamericana, de la cual no pocos teóricos y estudiosos del área han intentado cronologizar y periodizar según diversos criterios a autores y grupos generacionales de las letras de este continente, a su vez los criterios para ello han trastocado los más diversos ámbitos y disciplinas, se han entremezclado visiones de la vida personal del autor, psicología, política, sociedad y hasta filosóficas. No podemos soslayar de este modo lo que ha señalado Roman Jakobson en relación a este punto: “Los historiadores de la literatura se parecen bastante a esos policías que cuando van a detener a alguien detienen a todo el que encuentran en la habitación donde vive e incluso a las personas que pasean por la calle próxima. […]”. [1] La analogía no es menor, p
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.