Ante data al lector: El siguiente escrito es uno de tantos de los que creía perdidos del año 2014. Sin embargo, aquí está, latente como un corazón bombeando sangre a las venas. Cuánto sentido me hace releerlo hoy 14 de marzo del 2018, cuatro años después de su escritura, pues me recuerda que la vida es movimiento y que la literatura, como la vida misma, necesita del fluir vital, para la auténtica creación. Sin duda , desde hoy se marca un antes y un después en mi escritura . La soledad es un estado propicio para la escritura, uno percibe cosas que jamás había visto o, al menos se las percibe desde un enfoque diferente. Quién escoge que su vida se convierta en un eje articulador y vertebral, pasa del sedentarismo al dinamismo, al movimiento puro y cinético, el ayer ya es pasado y nos quedamos sólo con su sombra, con el fantasma de una nostalgia de lo que fuimos y la imposibilidad de lo que pudimos ser. De igual manera el futuro, nuestro ahora es un constructo en el cual debemos
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.