Como paisajes rompientes que se alejan a la distancia Las calles de Santiago me fulminan a paso lento Como entrañable fuego abrasador siento mi corazón en intemperie Calles humeantes de estrés a la vena, inyectadas de acrílico Personas que se pierden en la vaguedad de sus cuerpos En los huesos estertóreos de errantes hombres descalcificados Muertos en vida que se pierden en el ruido ensordecedor de silencios En las plazoletas, parques y plazas atestadas de propiedad privada Insinuando sus mejillas enrojecidas de orgasmos Desfallecen en el suburbio de la muerte deseante En la infinita agonía de un amanecer de nostalgias. José Patricio Chamorro, 9 Agosto 2013, Santiago de Chile, Poesía a la vena. (Extraído del manuscrito original de mi casa de Santiago).
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.