Al viajar de regreso a Santiago, me vuelven intensamente las ganas de escribir, no sé por qué retorno a las preguntas existenciales convencionales, tales como, ¿qué es la existencia?, ¿qué es la sabiduría?, ¿qué es ser sabio?, ¿qué es saberse o sentirse como tal? O será necesario retornar nuevamente a esa vasta paráfrasis aristotélica en relación al conocimiento o ¿acaso a las máximas socráticas? Pues en verdad sólo sé que nada sé, sin embargo, quienes poseen un conocimiento mayor, por ejemplo, quienes son doctores en un área, sin lugar a dudas conocen más y varios de ellos se comportan con humildad, no obstante, a veces siento que se te va la vida reconociendo aquello, considero que es más interesante debatir dialécticamente, filosofar a diario, aunque claramente este siglo no está hecho para aquello, lo que es una lástima en verdad. Reconocerse indocto, a veces es idóneo, otras veces no tanto, considero que es mejor acercarse al conocimiento y contradecirlo, para así en oposición d
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.