Ayer me motivaron y embargaron diversos sentimientos que me inducían a escribir, pues fui testigo ocular y quizás hasta cierto punto contemplé a la usanza griega, modos de actuar y comportarse que no catalogaré con juicios valorativos, ya que no es mi intención, sino que más bien entender un movimiento masivo de mi tiempo, lo que con un grupo cercano de amigos apreciamos sin dejes de peyoración como “decadentismo”, ¿pero qué nos llevó a designarlo de esta manera? Efectivamente fue un modus vivendi , que se asemejaba en demasía al comportamiento que tenían en los siglos anteriores un grupo de intelectuales que debido a la crisis de su tiempo histórico, criticaban profusamente lo que sucedía, haciéndose cargo de la situación política y social, tomando sus propias armas, que eran las letras y con ellas se contraponían al sistema. Pero lo más interesante de todo y la explicación de por qué escribo esta reflexión, se debe fundamentalmente a aclarar e intentar comprender mi tiempo actual,
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.