El amor como arma binaria: El amor es una moneda de dos caras, es una reacción química, es una puesta en abismo de dos seres que hacen poesía con sus cuerpos, con sus cadencias, con sus palabras, es caminar por una ciudad tantas veces recorrida, reencontrarse con sus bares, con sus recuerdos atemporales, con los matices del tiempo y sus anacronías, es como pedir la cuenta de lo dicho y hecho, lo que al fin y al cabo ya es pasado, es reconocerse en las palabras y versos del otro, en su mirada, en su sentir, es atreverse a más y sobrepasar tus propios límites, es ser uno junto a otro, es ser protagonista de tu propias historias, avanzando con paso firme en tu dirección y dejando atrás todo lo que no quieres, salvo, tu voluntad de elegir, de ir donde quieras, de conocer otras realidades, el amor es locura que aflora, es grito destemplado, es lugar de despojo del escritor, es un desahogo, un vahído existencial de un interludio de amores que susurran al oído, es ser lo que quieras ser e
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.