Tus ojos dicen lo que tu corazón oculta Susurran tus labios lo que tu boca calla Se eriza tu piel en la compañía de mis manos Tú, en cambio te petrificas como témpano de hielo Tu amor, sin embargo, son instantes de deseo Fuego ardiente en destellos sonoros Tu cuerpo se aleja, t us sentidos me engañan Pero tu piel me respira, me toca, piensa y ama Tu espíritu cobarde, contempla la lucha de nuestros cuerpos Como caballeros medievales se agazapan Son saetas del ciego amor por promesas incumplidas Su destino es el de una rosa bermellón Vivaz, colorida y apasionada, aprisionada en su propio corazón.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.