Mi vida me arrebatas, coges, aniquilas Tu ser me llama, me anhela, me necesita Mi alma yace cautiva en los deseos de tu mirada Tus pensamientos me corresponden, me piensan, me aman Mi cuerpo tiembla ante tu andar sensual y prohibido Mis ojos te observan y descubren tu indiferencia Tu boca clama una señal de correspondencia Tu sonrisa silenciosa esboza una pasión sibilina Tus labios bosquejan la fogosidad que deseamos Mi corazón palpita hasta la extenuación de sus latidos Mi esencia te pertenece con certeza y sutileza Mi amor cada instante se vuelve pasión y viveza. Pd : Este poema fue escrito hace dos años atrás, sin embargo, ahora lo subo con algunos cambios y juegos de palabras incorporados, manteniendo a veces su tinte –para bien o para mal- un tanto barroco con dejes románticos, iniciante generalmente para los poetas de todas las generaciones.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.