Reconocerse en el otro, en la mirada de quién contuvo tus instantes, tus momentos y vivencias, de aquellos segundos, de aquella fuerza vital, es decir, de quiénes te fortalecen con sólo compartir unos segundos tu propia vida, de aquellas decisiones que tomas en un momento determinado de tu vida y que te permite seguir adelante, revitalizarte. Hacerse uno con el fluir vital, la fuerza de un pensamiento, de la germinación de una idea y de quién está dispuesto a morir por ella, el hacerse cargo de otro como si fueras tú mismo, porque su vida ya es parte de la tuya, porque sus energías fueron compartidas, porque sus caminos se cruzaron y porque el amor se convirtió en metáfora, en una máquina de escritura en estricto devenir, en circunstancias transformadoras de secuencias imaginarias y frecuencias que irradian una energía vibratoria electrizante. Atreverse, ése es el lema para este año, purificar tu espíritu y canalizar las energías, dejar el ego atrás, pues querámoslo o no, siempre dep
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.