Escribo desde el alma que aniquila la razón y no de sin razones del corazón deseadas. Escribo porque nací poeta en una generación postrada en la melancolía. Escribo cuando vuelo en la noche oscura de mis pensamientos en ausencia de firmamento. Escribo para otros y para olvidarme de mí mismo. Escribo en la torre de marfil de mis ilusiones donde el porvenir es incierto. Escribo al amanecer cuando cae la noche y renace el ocaso. Escribo a sangre fría como un sicario enmudecido de cobardes letanías. Escribo con versos de medianoche y resabios del mañana. Escribo sobre la vida y la muerte, el amor y la melancolía. Escribo bajo la sombra de los poetas muertos y en el túmulo de sus memorias. Escribo junto a los poetas vivos de mi tierra que recrean mundos en agonía. Escribo al lado de gigantes sentados en hombros de enanos. Escribo porque si no hubiera escrito, hubiera muerto, y si muriera habría vivido. Porque si no tuviera un lápiz y un papel, e
¿Tú eras la pieza que faltaba? Contigo formamos el puzzle de la vida, nuestra vida. Aquella que se construye con paciencia infinita. Como un rayo de sol que cubre un campo de flores. Somos el latir de dos corazones que fulguran al amor. Sinfonía universal en las misteriosas aguas de un oasis del desierto. Claroscursos apasionados en verdades recreadas. No eras solo una pieza faltante, eras la forma perfecta que calzaba en mí. José Chamorro, 15 de febrero del 2024.