La vida es como un rostro borroso, un rostro des-figurado La vida es como un rostro nebuloso Que se consume en un éter antropo-fágico Es la diafanidad encarnada, hecha palabra, hecha poesía Poesía que se consume en la noche, que se ilumina en el día Poesía que se des-troza al pronunciar tu nombre Poesía que se derrite al observar tus ojos Poesía que es palabra que se des-silabisa Poesía que se des-compone en letras alfa-béticas Poesía que se vuelve fonemas, morfemas y monemas Poesía que se desintegra en un punto y coma; Poesía que se vuelve punto seguido. Puntos suspensivos… Poesía es el punto final de tu vida.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.