La tranquilidad de la noche erotiza mis sentidos Tomo un café de media noche mientras te deseo Mientras penetro en tu piel que me supo a caricias de ayeres idos Hoy me abrazan en el silencio erótico de una fragilidad afrodisíaca Besos tutelares que nos dimos en el reverso de nuestros cuerpos En las vértebras caleidoscópicas de manos húmedas En el acto palmatorio virginal de nuestros cuerpos Cuando nos abrimos a las puertas del deseo prófugo A los instantes trastocados, a las pasiones ultrajadas Esa noche que nos reconocimos en nuestros labios ya marchitos.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.