I Muda la naturaleza y su savia natural Fluye el río que es la vida Las estaciones transcurren volátiles y frágiles El ardor del verano quema a fuego lento La cadencia fragante de la primavera nos hace suspirar El fugaz otoño se deshoja despidiéndonos Y el invierno solapado llora mares de tristeza. II Los pajarillos silban y cantan en silencio El caminar de los transeúntes se une a su ritmo Las conversaciones se desvanecen en el aire Posándose en mis oídos los ensordecedores ecos del silencio. III El tiempo avanza a pasos agigantados Seguir su caminar es ahondar en el abismo de la muerte Ella se acerca sigilosamente como caza el león al ciervo Y cuando menos esperamos con sus zarpazos habremos perdido el juego.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.