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Mostrando entradas de diciembre, 2010

El carácter dicotómico de Lady Macbeth.

  En el presente trabajo, se pretende realizar un análisis comparativo entre las obras literarias Macbeth, cuya tragedia pertenece a Shakespeare y, Macbett, referente al teatro del absurdo de Ionesco, que es una parodia de la obra creada por el primer autor. Sin embargo, cabe destacar, que me centraré fundamentalmente en las características intrínsecas de las obras, más que en el contexto de producción, puesto que el presente, se aboca al establecimiento de una analogía entre el personaje “Lady Macbeth”/“Lady Macbett”, de quien referiré rasgos de índole psicológica, por ende también se hará alusión a sus pasiones y motivaciones, cuya incidencia en el desarrollo de las obras, es de suma relevancia, destacando ciertos atisbos de transgresión que se cometen en ella, en relación al orden natural de los hechos y, del mismo modo, las transgresiones de género que nos presenta este personaje. En primer término, efectuaré un análisis de los parlamentos que Lady Macbeth, enuncia en la obra

Análisis isotópico de: “El sonido y la furia”, William Faulkner.

Primero que todo, en el presente trabajo se pretende abordar a través de un análisis isotópico la obra “El sonido y la furia” de William Faulkner, teniendo como temática central la relación e influencia que ejerce la madre en el ulterior desarrollo de la personalidad y comportamiento de sus hijos, lo que resulta fundamental en el contexto intraliterario de la novela. Es de este modo que considerando el empleo de marcas textuales determinaré posibles hipótesis y conclusiones que se manifiestan en los disímiles capítulos, ya sea desde la perspectiva de Benjamín, Quentin o Jason, quienes desde sus puntos de vista nos irán revelando el carácter quejumbroso y alicaído de su madre, que eminentemente la caracterizaba. No obstante, confirmaremos también ciertos modos propios de comportarse de las mujeres del sur, rasgos que se ven representados en ella, tales como la abocada preocupación de los menesteres del hogar y del qué dirán.             En efecto, desde el primer capítulo narrado por

"Tus ojos son una virtud surrealista".

Así resurge de los arrebatos del amor el ojo, este gran contemplador de toda realidad que en el momento de despertar se posa sobre el que, momentos antes, cabalgaba hacia la muerte.                                                                                     Sinceridad Aparente, Emil Ludwig. Tus ojos son una virtud surrealista. Virtud surrealista Que ves lo que quieres ver Aparentas confianza en lo que observas Pero Vilmente engañas a quien a través de ti contempla Te abres al mundo como llave dorada Resplandeces en un verde esmeralda Y Permaneces absorto en un rojo carmesí Que olvida recuerdos y recuerda con el corazón Atraviesas penetrando abismos y montañas Con Risas fugaces de una pupila palpitante OH! Dime la verdad, infame portador de falsedades Te increpo por tu inconstancia Sin embargo Sólo contigo percibí matices naturales Arpegios sonoros que me sabían a honestos colores Que abatieron este mundo con un solitario sólo de soledad En la fugaz laguna temporal Con Dulc

"Un aleteo de luciérnaga."

Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga, Ese último chispazo de la hoguera del verano Flotando en el silencio del bosque. Miremos la luz de la luciérnaga: A ella se ha reducido el mundo.                                                                        Domingo a domingo, Jorge Teillier.                                        Un aleteo de luciérnaga.                             El mundo es como un frágil aleteo de luciérnaga Nos deleita mientras brilla, pero al apagarse nos deprime Vivimos en un mundo enajenado, donde la esperanza se agota De él sólo quedan las cenizas de apasionados fuegos de antaño Ya no renace como el ave fénix, aquella utopía se ha transfigurado. El fénix se ha transfigurado en un cuervo de melancólicos ojos Que a ratos se transforma en un murciélago vampiresco Que te devora hasta las entrañas si tú se le opones Valiéndose de las arpías que cortan nuestros hilos de plata. Nuestros cuerpos se desvanecen en una palidez exorbitante Nuestros labios que dis