Escribo con el sentimiento que invade mi razón pura De noche mitigo los dolores en la sordidez del silencio En las mañanas destemplo el porvenir que deshojo Atardece como otoño entristecido entre mis venas Uno a uno se desposan los lirios y las rosas en primavera El sufrimiento es tortura que palidece la agonía existencial Me cuestiono, me atormento y acribillo en sentencias vagas Un sí rotundo es lo impropio de mi carne muerta Una negación absoluta es la redención a mi alma en sopores dormida El paraíso es un bufón de circo pobre que promete eternidades rotas Corazón es el ilusionista, mago de sueños inconclusos al pasar Mentiroso y procaz como el fuego de tus manos al rozar su mejilla La virgen, atávica te observa, sabe lo que escondes en tu desnudez Sangre recorre abismante tu torso desnudo de predicamentos Un hilo de plata sorbe los besos añejados en remotas épocas Succiona el lácteo pecho tu pestilente boca de soberbia y bondad Aguijona tu dedo índ
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.