En la soledad de los grises muros escarpados de nostalgias, atardece Llueve en la penumbra otoñal de los días, un suspiro carmesí Blanca cal perturba los sentidos de la mortecina infinitud de la muerte Lo que ayer fue victoria, hoy son tristes lirios sedientos de tierra virginal Aclara el abismo inconstante de los silencios aúreos del presente Olvidar la vida como un recuerdo tenaz de incertidumbres Antítesis, llamarada invernal de los infernales cielos del paraíso Visceral furia de la angustiosa noche y penumbrosa dicha Letras y palabras que en tus manos son poesía en horas carcomidas Ojos que claman horizontes, caminos y destierros en este errar peregrino El corazón que ayer amó, hoy fragua el último respiro de su abismal destino El adiós trágico de morir por un amor no correspondido En las horas tenues que tililan frágiles en el rincón de tu ausencia Letanías perdidas en los albores de lluvia que anuncian tu partida. José Patricio Chamorro Jara, Chill
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.