Escucho música lacrimosa en crepúsculos de rosas En una poética noche de sueños y magia Pienso en los poetas malditos, en la luna Pienso en los surrealistas, en sus sueños Pienso en Poe, en su gato negro Bebo y me embriago con el licor poético de Bécquer Me sumergo en lágrimas de tristeza De pasión y frenesí, siento una ópera en mí Me embargan cientos de pensamientos Mi vida es un caos ordenado Al fin soy libre, no sé si lo resistiré Me penetra el ideal romántico de juventud Hoy no quiero leer ni a Baudelaire ni a Rimbaud.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.