Hay momentos en la vida en que quisiéramos volver el tiempo atrás, revivir pasajes de la infancia, adolescencia y de cada etapa de nuestras vidas que se conservan intactos en la memoria. Cada día que pasa sumamos nuevos recuerdos insondables, que nos definen y nos hacen ser quiénes somos. Sabemos que el tiempo transcurre inexorablemente y que no podemos hacer nada al respecto, más que continuar el curso de la vida, levantarnos cada mañana y vivir, disfrutar el presente , porque sabemos que en el futuro lo atesoraremos. En el inconsciente son tantos los recuerdos fugaces que se reviven como si hubiese sido ayer, que como haces luminosos y aun a ciegas nos dicen lo que hemos vivido, donde hemos estado y con quien compartimos, aun a ciegas, iluminando nuestro destino. La vida es ahora, todo cambia y cada cambio tiene un sentido, es la mayor enseñanza, pero el renegar de ella, ni atreverse a ser feliz, nos limita e imposibilita. Quizás la memoria del recuerdo, transforma esos momentos y
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.