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Mostrando entradas de enero, 2010

El viaje

Ella prefería la vida natural, añoraba los verdes prados y su encanto mágico, el susurrar del viento, que como céfiro la envolvía en sus suaves brazos. Sin embargo, por largos años, quizás los más tristes y amargos de su vida, había sido privada de toda maravilla y prodigio divino.             Cecilia moraba en los suburbios de una ciudad céntrica, que poco o nada tenía de llamativo, más bien sus enigmáticos muros de antaño y vastas calles, se le tornaban monótonos y aborrecedores, estaba hastiada de todo cuanto sus radiantes ojos observaban, incluso éstos habían adquirido una tonalidad opaca, que como los camaleones, se acompasaban al ambiente. Así no sólo sus prístinas opalinas estaban perdiendo su matiz tornasolado, sino que todo su cuerpo sufría metamorfosis continuas. Al principio eran sólo sus ojos, pero al cabo de unos meses su rostro sonrosado y perfumado como el azahar, se tornaba de un color acre y agrio, palideciendo ante la falta de los rayos de sol que tanto anhela

Soñando más allá de la realidad

Hay momentos simples de la vida que parecen extinguirse serpenteando el abismo de los recuerdos, hay momentos gratos e inolvidables que perduran indemnes en los recovecos enmarañados de la memoria, hay personas que jamás olvidaremos y que interpelan a gritos que evoquemos su historia.  Querámoslo o no, cada persona que se cruza en nuestro camino nos otorga una parte de su ser, una esencia que no se desvanece, que perdura y deja una huella en la hondonada de este extenso camino que es la vida, una senda repleta de vivencias tristes, agrestes, felices, efímeras, ebúrneas, que ululan nuestros nombres al son del canto y la lira en busca de una respuesta a las encrucijadas del destino, a las mil y una vueltas de la vida. Mas no son recuerdos estáticos, son almas trashumantes que recorren cada senda de la vida, atravesando sus misterios y enigmas, en busca de su propia felicidad, del sentido o sin sentido que les ha tocado vivir, más aún con el pasar de los años, sus sueños, sus anh