No pretendo hablar de generalidades, aunque es probable que en ello recaiga, sin embargo, quiero comenzar hablando de lo que he ido observando ahora que he experimentado y vivido más situaciones, quisiera hablar sobre lo que he ante todo visto y también sobre lo que pienso, así partiré esta reflexión, aludiendo a Santiago, a la poesía del siglo XXI, de la universidad, la academia, que es donde me he educado en el último tiempo. Es así que cada vez me doy cuenta que estudiar literatura o filosofía es prácticamente contra-natura, es decir, que cada vez más en el caos social que vivimos a diario, su enajenación constante, su mal hablar, su malestar social, su crisis sistémica, su capitalismo que se cae de bruces, todo ello es sintomático de que vivimos en una sociedad que no tiene tiempo para nada, ni si quiera para vivir. Aunque ayer aquello me sorprendió, pues asistí a un encuentro de poesía, donde recitaron poetas actuales de Chile y donde me topé con amigos y caras conocidas, donde
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.