Música a la luz de las velas que se rebelan Que te invocan a gritos flameante hoguera Que enciendes con tu pasión corazones Que no osan tocarte ni con el pétalo de una flor Cometo trequeísmos a ratos forzados a ratos ambiguos Sólo para decirte que te sigo amando y extrañando Por ello sé que en el espejo aquel que es mi memoria no me abandonas Mas tu cuerpo yace a leguas remotas de mi soledad En un sin fin de cascabeles oscilantes de serpentina rosa Perfumadora de fragancias aterciopeladas y áureas Áureas son las dulces dianas que recubren tu rostro inmaculado Sin mácula es tu poesía dadora de vida y tronante de risas. Sí, nos reímos en pretéritos tiempos donde tus gorjeos parecían caricias Donde tus caricias asemejaban besos y Donde tus besos eran la expresión de tus sentidos y Tus sentidos la verbigracia de un cuerpo exuberante de lirismos Que me saben a nostálgicas melodías En la ciudad que dijiste sería mía y tuya, la haría mía Penetrando en sus nocturnas calles y consumando vo
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.