A veces siento que el tiempo se
eterniza, que cada día que pasa me vuelvo más sabio, pero paradójicamente
ignorante, hay días que creo comprender el mundo y otros que se me vuelve todo
lo contrario, ininteligible, sólo sé que mis anhelos de la vida radican en
sobrevivir, leer, escribir y pensar, a su vez las diversas etapas que he
pasado, con quienes he convivido y lo que éstos me han enseñado, lo que ha
venido a completar mi conocimiento libresco de la vida, por ejemplo, me ha
servido como aprendizaje significativo, para bien o para mal, pues he conocido
a personas que me han enseñado de libros, otros de sus propias experiencias,
inclusive mis padres también me han enseñado, sin embargo, uno es en sí mismo una
individualidad, con sus gustos propios, intereses particulares, entre otros,
que como escribí con anterioridad, se va definiendo por oposición con otros, es
decir, la identidad se produce siempre en torno a cómo nos ven los otros y cómo
nos vemos a nosotros mismos, pero lo que hoy me remite a escribir es más bien
ese sentimiento existencial que provoca ver el paso del tiempo a tras luz de
cada día, bajo la lluvia, pues denante me quedé contemplando de manera poética
y simbólica aquel discurrir del agua, su tin-tinear y cómo éste iba
desembocando, pero lo que más me causó tristeza, fue comprobar el peso de la
existencia, el paso del tiempo, que entre más lees, más lo sientes, ya que
básicamente aquel sentimiento se produce debido a que en muchas ocasiones vamos
siendo más conscientes del vivir, sin embargo, seguimos adelante, día tras día,
fortaleciéndonos con experiencias que nos entrega la vida, que nos da una
fuerza de voluntad revitalizadora que nos invita a dar siempre lo mejor de
nosotros, a esencializarnos, a permanecer más vivos que nunca con nuestras
propias ganas de vivir, con el motivo propio de la vida, ser uno con el todo,
ser siempre uno.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.
sábado, 28 de abril de 2012
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