A veces nacemos sin saber por qué, ni para qué, buscamos incansablemente a lo largo de nuestra vida nuestro propósito de existencia, a ratos existimos por nosotros y para nosotros, pero en otras circunstancias el amor puede ser tan grande que podemos vivir por otro, no como seres que nos sometemos a los designios de otra persona, sino como aquellos que están conscientes del amor que pueden entregar a través de pequeñas acciones, que no siempre son correspondidas, incluso se nos puede ir la vida sin recibir reconocimiento alguno, lo que de uno u otro modo vuelve nuestra experiencia de vida el acto más valioso al que nos podemos enfrentar. La vida no debemos dejarla ir, ni que escurra por nuestras manos, debemos asirla, vivirla según nuestros propios deseos y voluntad, al fin y al cabo cada uno es libre de escoger qué desea vivir, lo que a veces escapa a toda regla y lógica, va más allá de los convencionalismos, va más allá del mero acto del vivir, no debemos dejar que la vida nos
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.