Como dice una amiga, estoy empezando a escribir con el corazón, tal vez así sea, no lo sé, sin embargo, de lo que estoy realmente seguro es que ahora observo la realidad con mayor detención, este siglo enajenado, de violencia, corrupción, malos tratos, me parece absurdo, de hecho, estoy en el lugar donde se muestran todas las contrariedades de este tiempo, escribo contemplando la ciudad santiaguina desde un mall, veo su smog, a centenares de personas caminando rumbo a ver un partido de fútbol, de esos tan renombrados “clásicos”, prefiero no escucharlos, ya que me causa un poco de repudio, he de admitirlo, pero así nuevamente me doy cuenta de las identidades personales, pues como suelen decir, somos por lo que hacemos, por ello nuestras prioridades marcan la diferencia, a su vez me he dado cuenta, que como en todo ámbito de cosas, existen todo tipo de personas, yo soy más ad hoc con aquellas a quienes les gusta el estudio, la lectura, el café y la buena vida, sé que entre
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.