Los militares y quienes ejercen esa labor, si bien no en su generalidad, pero sí gran número de ellos se jactan en su tan sola presencia al sentir la investidura que constituye su uniforme, basta ver su disposición, caminar, forma de mirar y se podrá intuir su personalidad, lo que piensan o más bien cómo han sido programados a ser. Hombres de alta estampa y andar altivo, con propiedad y seguridad en sí mismos, por ello nuevamente me pregunto por ese afán intrínseco del ser humano de poseer poder, de querer ser más que los otros, pero claro, son tan sólo pretensiones, pues al fin y al cabo todos somos humanos, independiente de nuestra labor u oficio, el hecho mismo de vivir en sociedad, deviene en que todo individuo es fundamental para la plena convivencia. Al mismo tiempo estar en un hospital como éste da cuenta aún de una clara división social y del clasismo que inclusive en el auge del siglo XXI en lo que podríamos denominar un país en vías de desarrollo, aún se sigue gestando,
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.