Hay azares en la vida que son difíciles de explicar, a veces uno se propone algo en el día, una acción, recorrer determinados lugares, -que siempre suelo hacer-, salir a caminar y entender un poco más la vida en perspectiva, en otras pueden pasar y suceder mil situaciones inesperadas, pues nunca se sabe lo que depara la vida. Hoy fue un día de ésos en los que había planificado algo, que resultó bien, pero si no hubiese sido por la suceción de acontecimientos que le siguieron y mi entusiasmo ante aquello, no hubiese conocido a un grupo de jóvenes cristiano-evangélicos que amablemente le ofrecían un café gratis a todo transeúnte. Me pareció agradable y pasé a conversar con ellos, pues siempre hablar de Dios y respetar las posturas y creencias del otro, puede resultar interesante, dado que soy agnóstico y a veces hay personas más bien escépticas, sin embargo, lo importante es comprender la existencia, la vida. En más de una oportunidad se me han presentado este tipo de situaciones
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.