La llegada del fin de año siempre da cabida a la reflexión. Especialmente en un año que como humanidad nos ha traído innumerables desafíos, donde el bienestar personal, la salud y la vida en plenitud ha sido sin duda alguna a lo que más nos hemos volcado. Nunca será tarde para vivir cada momento de la vida al máximo, en sus instantes de alegría como en aquellas circunstancias más difíciles donde el dolor se ha hecho presente. La vida continuamente nos permite renovarnos, replantearnos y generar en nosotros un cambio que nos permita alcanzar nuestro desarrollo como personas. Cada año, así como cada día nosotros decidimos cómo vivenciar las circunstancias; en nosotros está cómo sobrellevar las experiencias adquiridas, las problemáticas y diversas situaciones que demanda de nosotros la vida. Nadie nos enseña a vivir, pero los lazos con nuestra familia, amigos, seres queridos y personas con las que nos vamos cruzando a lo largo de ella deja en nosotros una huella significativa que form
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.