La realidad a ratos es una invención literaria, es aquello que vivimos en el día a día, en nuestra cotidiana existencia, en nuestra insignificante existencia, sin embargo, a veces en aquello que vivimos surge algo inesperado, un algo que escapa a toda lógica mundana, que es capaz de dislocarnos la percepción, que desentierra nuestros mitos más ancestrales, que cuestiona las raíces de nuestra inteligencia. Algunos lo llaman magia, otros lo han denominado fenómenos metafísicos, pero para mí son hechos inexplicables creados por nuestra propia mente, pues nosotros, personas de carne y hueso creamos nuestra realidad a través de nuestros pensamientos, en base a lo que sentimos y experimentamos, incluso a lo que creemos, preguntas sobre la existencia de una o más divinidades responden a este modo de concebir nuestra propia vida, el contacto con espíritus que nos visitan desde el más allá también es parte formativa de este choque de dimensiones, de una metafísica patológica creada por nu
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.