Desde mi lectura e interpretación del cuento surgen varios detalles que llamaron mi atención, pero sobre todo aquellos que tienen que ver con los prejuicios y estereotipos o las tan mentadas “etiquetas sociales”. Lo anterior se observa, por ejemplo, cuando en el cuento las personas externas a la casa de los niños los apuntan y encasillan: “ La gente se fijó en nosotros, nos señalaron y dijeron: Los cinco acaban de salir de esa casa”. Tal como se aprecia, como sociedad continuamente buscamos poner un orden a las cosas para que cobre sentido y normalizamos todo bajo nuestros propios parámetros, refiriéndonos las más de las veces a aquello que es diferente como raro o “anormal”. Resulta interesante también analizar cómo la situación se da desde los excluidos (el grupo de los 5 niños en la casa), frente a un posible nuevo integrante, es decir, el número 6 y cómo ellos también lo excluyen, puesto que se percibían ahora a ellos 5 como un grupo unitario, pese a sus diferencias internas: “
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.