Antes que todo, es menester señalar que la obra Don Catrín de la Fachenda , de Fernández de Lizardi, se enmarca en el contexto de la ilustración y es desarrollada a través del género literario novelesco, es así que nos encontraremos con ciertos rasgos tópicos de ésta, donde justamente primará el carácter didáctico-moralizante propio de la ilustración y su afán enciclopedista, donde se perseguía iluminar y educar al vulgo y una manera de llevarlo a cabo, eran precisamente los libros. Por otro lado, en lo que respecta a la Ironía , no hay que olvidar que en tanto figura perteneciente a la retórica y, por ende, vinculada a su concepción clásica, ésta es un juego lingüístico-semántico, donde se alteran los referentes, cuya finalidad es provocar humor y ese aspecto risible, que ya abordaba Aristóteles en su poética. De este modo, una primera aproximación a la obra de Lizardi e intento a su vez de desentrañamiento la podemos encontrar en la siguiente cita de María Eugenia Mudro
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.