El tiempo fluye en ríos de ámbar Los lugares flotan sobre las reliquias de los mares Mi corazón siente pesados lirios delirantes Al ver cómo se desvanecen tus pasos en la arena Al tocar con mis manos las hojas del otoño Desmigajándose en nuestro andar Deshaciéndose una y otra vez ante el cálido tacto De nuestros besos, caricias y llantos. Ayer estaba en una ciudad enajenante Sin vida, enturbiada de desdichas Hoy en cambio soy líricamente libre En la tierra de los poetas y su soledad En la compañía del mar y una naturaleza sin par En el amor hacia la tierra Y en el odio sumergido en lágrimas de dicha.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.