sábado, 13 de enero de 2018

El acto de recordar. (13 enero 2014). Recuperado.

Recordar al ser amado:


El acto de recordar a alguien que amamos, una visión, un objeto que simbolice el recuerdo, la estrechez de la relación, aun en la lejanía, en la distancia de los cuerpos, el contemplar una carta, una palabra, el objeto que nos regaló, nos transporta a ese preciso momento, a ese instante en que se unieron nuestros cuerpos, amar es el indisoluble conjunto de experiencias, de momentos que tenían que darse en ese preciso instante, en el reconocimiento mutuo, en conjunción de los sentidos, en la volatilidad del amor que está en el aire, en el deseo descarnado de la figura inasida, del compartir un espacio y tiempo único en nuestras vidas, en hacernos parte de una vida en volandas, con proyecciones y disrrupciones, con continuidades, momentos felices y rupturas del pesar nostálgico de un adiós estertóreo.

Recordar un sueño:

El acto de recordar un sueño, es un proceso mental, de devaneos por escudriñar los abismos de la memoria inconsciente, nuestro propio y particular mundo onírico, enfrentarnos a nuestros miedos y peores pesadillas, un suceso, una acción, un sentimiento, una persona retrotraída desde nuestro pasado al presente, la manifestación de la vergüenza, el temor al repudio, el hilo tenue entre la individualidad y el vivir en sociedad se diluye, se desterritorializa. Cada sueño es único e irrepetible, es una superposición de imágenes en un estado del soñante, en la unicidad del todo que es el sueño compacto, en la pluralidad, en la sencillez y complejidad, fotografías, presencias y ausencias, silencios, todo puede estar presente en un sueño. Han sido muchos los sueños que he tenido en estos 22 años, pero llevarlos al papel, transcribirlos no es nada simple, reunir la palabras, la precisión conceptual y objetual se rompe en nuestras encrucijadas verbales. La lucidez de un sueño puede ser tal que se pone equiparable a la realidad, ¿pero cuál es el límite entre realidad y ficción, entre sueño y vigilia? Es mejor volver a la experiencia vívica del ser un experimentador, a quién se le atribuyan las coordenadas oníricas de su biografía vital.

El acto de transformar. (13 enero 2014). Recuperado.


El acto de transformar los espacios, es dejar el pasado vivido atrás, la huella de los días de nuestra existencia, el calendario y sus hoja alicaídas, por un nuevo lugar en el cual habitar, donde se renuncia a lo vivido, para comenzar una nueva etapa, reinventarte, replantearte y empezar un nuevo proyecto, así como un año se ha ido, es el comienzo de otro ciclo y expectativas para compartir, para crear un camino, para abrir ventanas a un nuevo tiempo, a reiniciar los sueños, la singularidad y el temple de quién está dispuesto a poner la vida en el botón de marcha. Objetos que traen a la memoria un recuerdo lejano, guardados en cajoneras enterradas de memoria desbordante, me hacen pensar en el foco de nuestra percepción, ya que aquello en lo que focalizamos nuestros sentidos es lo que hacemos nuestro, con la palabra, con la visión, con el tacto, en fin con lo sensorio y extrasensorio, aquello que percibimos y que nos permite adquirir mayor fuerza. Si centramos nuestra atención en una persona, su vida ya no nos es desconocida, ni pasa desapercibida frente a nuestros ojos, su propia vida, traducida en su mirada es ya parte de la nuestra, en esos segundos que lo dicen todo, de sostenerse en la mirada del otro, en querer revivirse, recontemplarse, en la inmaterialidad de un sentimiento tangible, en el ser amado, con aquél que decidimos hacer de mi espacio, su espacio, una vida en común.

Mi arte poética

Arte poética (José Chamorro)

Escribo desde el alma que aniquila la razón y no de sin razones del corazón deseadas. Escribo porque nací poeta en una generación ...