Es el momento un hálito que nos posee Rescoldo de vida en el vagar de nuestros pasos Búsquedas, pensamientos son síntomas de la humana certeza Respiro inminente es la muerte en la soledad de las horas El tiempo, raudo, pasa fugaz como un suspiro Hablan las noches en el ocaso de tu silueta Sonríe tu boca en el despertar del amor. Tocan tus manos el éxtasis de la carne Sintonizan tus latidos los ecos del recuerdo Sientes, callas, enmudeces en la palidez del silencio Eres enfermedad postrada en las vitales catacumbas Se abren a tu andar como capullos en primavera Anuncian aciagas horas los besos de juventud. Regresas y te pierdes en palabras a destiempo Amas con locura la insensatez de otros amantes En tus brazos duerme la agonía de sus misterios Sus besos acarician tu mejilla y te sonrojas al recordar. Presiento tu piel en sábanas nocturnas Vacío es el despertar del día El sentimiento es mi mayor tortura Nostalgia el vano veneno del enamo
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.