Ya es tarde, el día está culminando y me encuentro en la disyunción personal de mis pensamientos y sentimientos, en la precariedad de una vida que ama, anhela y desea. La felicidad es un estado que en primera instancia se me viene a la mente, siempre lo he considerado tan transitorio, quisiera vivir tanto, acumular tantas experiencias vitales como mi vida misma pudiese y, sin embargo, cada día que pasa me convenzo más que no sé qué es la vida, de qué está hecha, sus materiales, sus visiones. Al fin y al cabo, no serán jamás unívocas, pues cada persona guarda su relación personal y estrecha con la vida, procuro aprender de ellas, acerca de lo que han vivido, de qué pasado ha delineado sus rostros, cuánto han sufrido y cómo lo hacen día a día para subsistir. Yo lo hago a través de mi escritura, aunque más por arte que por oficio, no obstante, sí considero que puede haber una profesionalización de la escritura, pero ésta jamás sustituirá a la esencia del arte mismo, a escribir sin limi
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.