Las noches de marzo son eternas bajo tus ojos Es como niebla embotellada, es tiempo embarcado Mis negros versos, son rosas rojas que apenas te tocan Acaricio tu boca con mis dedos Te recorro toda, hasta la punta de tus pies Mis manos discurren sobre la seda de tu piel Se enamoran en el ocaso de tu vientre Y mi corazón se eclipsa arrodillado, enamorado Eres la mujer que arrebata mis horas, Que tortura mis sentidos y acalla mis latidos Tus ojos profundos devoran mis segundos Ya no tengo minutos, ya no tengo horas Sólo tengo segundos, pero un segundo me basta Para amarte como ninguno.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.