I Dolidas están las entrañas de mi corazón Mis ojos se agazapan ante la vana muerte y esperanzas de amor Ilusiones perdidas en un cementerio de lágrimas Desfallecen desterradas cual expatriado sin perdón Hubiésemos sido felices, sin embargo, Una muralla traslúcida y marmórea nos separó. II Te miro a los ojos y siento el frío penetrante de una gélida mirada Que me dice que aborreces mis palabras Y así me hundo en un valle de lágrimas Sufriendo y padeciendo estragos cuando mi compañía rechazas Pero me pregunto, ¿será tan cruel la agonía? Pues ésta quema como flama destemplada y calcinante Hasta derretir cada centésima de mi ser E incinerar la piadosa existencia de lo que fue y pudo ser. III Épicos sones medievales acompañan mi desolación Mas quisiera no vivir de recuerdos, sino de vívidos momentos No obstante, nuestras memorias se desvanecen tenuemente Cual etéreo gozo primaveral de la primera juventud Suspiramos juntos y hoy conspiramos en un desamor Que culminó en una trágica
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.