Cada atardecer sus manos doloridas y sus ojos extenuados se detenían en los rayos de sol y las motas de polvo que atravesaban su ventana. Ese día el sol retrasó 3 minutos su despedida. La hora había llegado. En su miseria agolpó su mente un pensamiento y fugaz en el murmullo quebradizo de su voz, se dejó oír como sentencia epifánica un cordial saludo: Te estaba esperando. La muerte se sacó el sombrero y sin mayor esfuerzo, como quién entierra a un amigo fraterno, se lo llevó. 21 septiembre 2017.
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.