Aquella tarde de otoño se conocieron, sintieron en su corazón una experiencia que jamás habían vívido, que los cautivó en una atmósfera propia de ternura y comprensión, ya que no bastaban más que gestos para entenderse mutuamente, parecía que se hubiesen conocido desde toda una vida. Pasaron incalculables instantes mirándose, detalle a detalle sus rasgos faciales, que eran perfectos para ambos, ella se veía reflejada en los ojos de él y Francisco en los de ella. Aquel momento marcaría sus vidas para siempre... Marisella se acercó tímidamente hacia él; Francisco contenía su respiración, ambos estaban cada vez más cerca, Francisco la abraza y ella se ruboriza, pese a ello, se dejó abrazar. Él la acarició en la mejilla y ella lo miró con los ojos del alma, besándolo apasionadamente; fueron instantes inmemorables, de aquéllos que se viven una vez. Marisella se apartó de él, Francisco la miró desconcertado. Ella se alejó vertiginosamente hacia la calle contigua; más aún
El monte parnaso es el olimpo de los simbolistas No soy iconoclasta ni falso adorador de egolatrías Enamórate de la soleada claridad del día Invierte el tiempo, traspasa generaciones Sumérgete en la torre de marfil, lee, escucha y escribe lo que ves No te calles, lo peor que puedes hacer es silenciarte Tan sólo entra y serás bienvenido en mi torre de marfil No preguntes por mi nombre, ya lo sabrás de antemano Sólo sé tú, sigue tu camino y me encontrarás, si me estás buscando.